Muchos
dicen, y tienen razón, que la relación entre una madre y su bebé de pecho en
los primeros meses es un círculo perfecto. Estoy de acuerdo siempre que haya
alguien que recoja la casa, haga la comida, vaya a hacer la compra, ponga la
lavadora, cuide del bebé mientras tú te duchas y, sobretodo, la lactancia vaya
sobre ruedas! Cómo sabéis este no fue mi caso (ver nuestros inicios aquí)… Y
cuando la lactancia no va bien es cuando la madre necesita mucho apoyo a su
alrededor para llegar a ese punto ideal de equilibrio donde la pareja lactante
(madre y bebé) no necesitan nada más que el uno al otro.
Yo además
de tener el apoyo de mi marido y mis padres es los primeros momentos vi a 5
consultoras de lactancia IBCLC (International Board Certified Lactation Consultan)
durante los 11 días que pasamos en el hospital, a otras 2 IBCLC una vez que
estuvimos fuera además de incontables enfermeras y médicos que ejercieron como
consejeras de lactancia con más o menos suerte y formación. Hoy quiero
compartir mi experiencia con respecto a estas consultas.
Una IBCLC
es el profesional sanitario de referencia cuando algo no va bien en la
lactancia, tienen formación específica y mucha experiencia con lactantes, y
además tienen la credencial de un organismo independiente que se asegura de que
sus conocimientos y sus horas de experiencia sean adecuadas para ejercer como
consultoras de lactancia. Si tienes cualquier problema, dolores, dudas sobre
medicación y compatibilidad con la lactancia, problemas con la forma de mamar
de tu bebé, etc., lo más probable es que una IBCLC sepa más sobre el tema que
tu pediatra y tu médico de familia juntos. Pero las consultoras de lactancia
son personas y su sensibilidad varia de unas a otras. He tenido experiencias
maravillosas y otras no tanto… Empecemos por las malas, y así nos quedamos con
el recuerdo de las mejores para el final.
Uno de esos mágicos momentos en los que mi hijo se agarraba al pecho mientras estaba en la UCI
Como decía,
el circulo madre bebé es perfecto, y quizá la madre no lo tenga claro, o este
demasiado cansada después del parto y todo lo demás para darse cuenta, pero el
bebé lo tiene clarísimo! Y las intromisiones en este circulo no suelen ser
bienvenidas por el recién nacido, sin embargo 2 de las IBCLC no tenían esto tan
claro, y se empeñaban en agarrar la cabeza de mi recién nacido y propulsarla
hacia mi pezón como si el agarrarse fuera algo únicamente mecánico. Ellas veían
2 piezas a encajar (boca-pezón) y esto no les dejaba ver más allá… En uno de
los casos, cuando estábamos luchando para establecer la lactancia con un niño
que había estado 2 días a biberones, llego la IBCLC justo cuando por fin el
niño se agarró y estaba mamando. Tengo que decir que la postura no era ideal,
con un brazo del niño entre el pecho y el bebe, pero estaba mamando y lo demás
daba igual!!! Llegó esta señora, le movió el brazo al niño, lo que no le gustó
nada e hizo que se retorciera y se separar un poco, aunque seguía mamando… No
contenta con eso dijo, ‘uy! No está bien agarrado’, y le metió un dedo en la
boca y lo separo!!! Nos había costado 20 minutos que se agarrara!!! Mi madre la echó de la habitación de mi hijo en la UCI y mi marido lidió con su cabreo en
el pasillo… La tía se atrevió a decir ‘es que tengo que ver como es la
transferencia para decírselo al Neonatólogo’… Por supuesto no la volvimos a
ver!! Otras de las enfermeras que se tenía por consejera de lactancia sin
credencial estuvo muy ‘oportuna’ cuando en el cuarto día postparto, aun mi
leche sin subir, tenía (por fin!) al niño al pecho y acercándose a oír cómo
mamaba el bebé, me dijo ‘Ahora no esta tragando, porque no hay leche, cuando te
suba la leche tienes que oír como el niño traga, algo como glump, glump,
glump’. Creo que eso es justo lo que necesita escuchar una madre, que lleva 4
días usando un sacaleches cada 2 horas, de arriba abajo del hospital, sin
dormir, con el perineo dolorido y luchando por que el niño se agarre al pecho
cuando todavía no le ha subido la leche… Sensibilidad al poder!!! Otra de estas
profesionales sin credenciales, en este caso una asistente de enfermería, me
echo una bronca porque me iba a hacer daño en el pezón cuando, 10 minutos
después de que se llevaran a mi hijo a la ICU, estaba en mi habitación
sacándome calostros a mano siguiendo las indicaciones de este video de la universidad de Stanford, que os recomiendo. Después la IBCLC me dijo que estaba
haciendo muy bien!
La primera vez que que mamó en su vida
Hubo alguna
que otra mala experiencia, pero también hubo momentos mágicos que pude vivir
con la ayuda de las consultoras de lactancia, de los cuales estaré siempre
agradecida y que también quiero compartir aquí. Especialmente 3 fueron muy
importantes para conseguir que nuestro recién nacido se convirtiera en un bebé
de pecho. La primera IBCLC que vimos fue justo cuando el niño intentó agarrarse
al pecho tras el parto, la primera noche que pasamos todos juntitos. Sólo me
dio algunos buenos consejos, se aseguró de que yo sabía como ayudar a mi bebé a
que se agarrara y todo fue sobre ruedas. Días más tarde cuando la cosa se
torció, vino a verme otra vez, me corrigió la forma en la que estaba usando el
sacalehces, luego vino conmigo a la UCI me ayudó a ponerme al niño, sin
entrometerse, sólo diciéndome cómo tenía que hacer, consiguió un escaloncito
para que pusiera los pies y así estar más cómoda y cuando el niño por fin se
agarro cuando ella estaba de espaldas bromeó con que yo podía solita y ella no
era más que la pluma de Dumbo! Días más tarde cuando la cosa se torció aun más
estuvo aguantando mi llorera durante 1 hora y hablando conmigo y con mi marido,
contándonos historias maravillosas en las que las madres no se rinden y niños
de biberón se convierten en niños de pecho! Incluso la volví a ver cuando mi bebé ya era un bebé de pecho, tan
de pecho que mis pezones ya no daban más de si, me consiguió pezoneras con cortisona y después de comprobar que el niño estaba bien agarrado y no había
problemas con la succión, me dijo ‘pasará y todo va a ir a mejor, ya verás’.
Muchas veces una madre sólo necesita oír palabras de aliento.
También
tuvimos otra muy buena experiencia con una de las enfermeras de la UCI, que
cuando por fin me subió la leche dijo ‘pues ya se acabaron los biberones’ y
luchó con nosotros para hacer que la transición fuera posible, muchas veces
incluso con más fe que nosotros. Pero la experiencia de esos días merece una
entrada aparte! También os contaré otro día el momento mágico cuando después de
casi 2 días mi bebé y yo nos reencontramos en la teta, gracias a una IBCLC a la
que mi madre rebautizó como la Diosa de la Leche!
Y tú, ¿Cuál ha sido tu experiencia con las IBCLC o
consejeras de lactancia? ¿Has encontrado en el personal sanitario apoyo para
superar los baches en la lactancia? ¿Has tenido malas experiencias con los
consejos de gente ‘bienintencionada’?